Los efectos de la Gran Depresión en la II República Española


La Segunda República Española fue el régimen democrático que existió en España entre el 14 de abril de 1931, fecha de su proclamación en sustitución de la menarquia de Alfonso XIII, y el 1 de abril de 1939, fecha final de la Guerra Civil que dio paso a la dictadura franquista.


Este periodo  se suele dividir en tres etapas: un primer bienio(1931-1933) durante el cual la coalición republicano-socialista dirigida por Azaña llevó a cabo numerosas reformas para modernizar al país .Un segundo bienio (1933-1935) durante el cual gobernó el Partido Republicano Radical de Lerroux que pretendió rectificar las reformas del primer bienio. Durante este bienio se produjo el acontecimiento más grave del periodo: la insurrección anarquista y socialista conocida como la Revolución de 1934. La tercera etapa viene marcada por el triunfo del Frente Popular en las elecciones de 1936 y que solo pudo gobernar en paz durante cinco meses a causa del golpe de Estado del 17 y el 18 de julio promovido por una parte del ejército que desembocó en la guerra civil española.

La República se enfrentó a una economía sumida en la Gran Depresión: una crisis económica mundial que se prolongó durante la década de 1930.La depresión tuvo efectos devastadores en casi todos los países, tanto ricos como  pobres, donde la inseguridad y la miseria se transmitieron como
una epidemia, de modo que cayeron la renta nacional, los ingresos fiscales, los beneficios empresariales y los precios

La República sufrió un aislamiento ya que los grupos inversores extranjeros presionaron a los gobiernos de sus países de origen para que no apoyaran al nuevo régimen , temiendo que las tendencias socialistas que cobraban importancia en su seno, terminarán por imponer una política de nacionalizaciones sobre sus negocios en España.

La compañía telefónica era un monopolio propiedad de la norteamericana “International Telephone and Telegraph”, los ferrocarriles y sus operadores estaban en manos de capital francés y las eléctricas y tranvías de las ciudades pertenecían a distintas empresas británicas y belgas.
La sociedad española de los años 30 era fundamentalmente rural: un 45,5% de la población activa se ocupaba de la agricultura, mientras que el resto se repartía a partes iguales entre la industria y el sector servicios. Una sociedad que todavía no había experimentado la Revolución Industrial...




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